-Pues, no mucho, sólo que he conocido a un chico muy simpático en el Bar Chocolate. -contesta Omar sonriente.
-¡Qué bien! Jajajaja. Bueno, y... Ya sabes... ¿Es gay? -dice Sandra.
-Oye, que todos los tíos que conozco no son para ligarmelos. Jajajaja. La verdad, si te digo, te miento, no tengo la menos idea. A mi no me lo parece, aunque luego me invitó a pasarme por su camarote, y ya sabes como soy yo, que siempre le termine sonsacándole las cosas a la gente sin que se den cuenta. -le responde Omar a Sandra mientras los dos toman el ascensor.
-Eso es verdad. Yo creo que te deberían contratar en el FBI o algo por el estilo. -dice Sandra bromeando mientras pulsa el botón del puente seis del ascensor.
-Exageras mucho. Jajajaja. -dice Omar.
El ascensor se para y abre sus puertas, ya ha llegado al puente seis. Sandra le dice a Omar:
-¿Te bajas aquí o vas a dar una vuelta por algún lado a ver si ves a tu amado?
-Muy graciosa, cielo. Me quedo en este piso contigo. Me tengo que arreglar para ir a la cena de gala. -le contesta Omar.
-Pues vamos al camarote a arreglarnos que la cena es en unas dos horas. -dice Sandra.
Los dos llegan a su camarote, entran, se duchan, se visten y salen junto con África y Diego bien emperifollados rumbo al restaurante. Por el camino, cuando están en un pasillo del puente tres, se encuentran con Andrea, Celia y Harry.
-¿Vais a la cena de gala? -pregunta Omar.
-¿No nos ves? Jajajaja. Claro que vamos a ir. -dice Harry.
-Yo no sé porque, pero estoy nervioso. -comenta Diego.
-Y yo... -interviene Omar.
-Sinceramente, yo también. -añade Celia.
-No seáis bobos, ni que fuerais a ganar la lotería en esa cena. Sólo es una simple cena. -dice Harry.
-Espero que no me saquen muchas fotos, me he olvidado de ponerme la sombra de ojos... -dice Andrea.
-Que raro en ti preocuparte por eso Andrea. Jajajaja. -bromea Celia.
Cuando están apunto de llegar al restaurante, se encuentran con Carlos en uno de los bares-pasillo del puente tres. Omar se para y les dice a los demás:
-Chicos, ahora os alcanzo, que voy a saludar a una persona.
Mientras el grupo continúa su camino, Omar se sienta al lado de Carlos en la barra y le pregunta:
-¿Vas a la cena?
-Sí, aunque hay un problema... -contesta Carlos.
-¿Cuál? ¿Es algo grave? -pregunta Omar preocupado.
-No tengo a nadie que se siente conmigo en la mesa. No te importaría... -responde Carlos cuando es interrumpido por Omar:
-¿Quieres que me siente contigo?
-Si no te importa. -dice Carlos sonriente.
-No, no me importa. ¿Vamos al restaurante? -dice Omar.
Carlos asiente con la cabeza, los dos se levantan de la barra del bar y se dirigen al restaurante. En la entrada, Omar se encuentra con Sandra y le dice que se va a sentar con Carlos en la cena.
-¿Dónde es tu mesa? -le pregunta Omar a Carlos al entrar en el restaurante.
-Está un poco apartada del resto, espero que no te importe. -responde Carlos.
-Tengo cosas más importantes de las que preocuparme que de eso, Carlos. -dice Omar.
-¿Como cuáles? -pregunta Carlos con cara de preocupación.
Omar no le contestó, se limitó a mirarle a los ojos y a sonreír. Carlos le respondió con otra sonrisa. Cuando llegaron a la mesa, Carlos apartó una de las sillas para que Omar se sentara. Seguidamente, Carlos se sentó en la otra silla y comenzaron a hablar. Al rato llega un camarero, el cual les trae la carta para que elijan. Después de elegir y todo eso, siguen hablando.
-Bueno, te gusta la música, ¿verdad? -pregunta Carlos.
-Claro, ¿a quién no? -responde Omar.
-Ya, esa era una pregunta algo tonta. ¿Qué cantante es tu favorito? -dice Carlos.
-No sabría elegir, pero me gusta mucho Christina Aguilera. -contesta Omar.
-He escuchado algunas canciones de ella. Canta genial. -dice Carlos.
-Genial se le queda corto. ¿Qué sueles escuchar tú? -pregunta Omar.
-Green Day me encanta. ¿A ti te gustan? -dice Carlos.
-Si te digo la verdad, no me gustan mucho. Lo siento. Jajajaja. -dice Omar.
-¡Qué se le va a hacer! Jajaja. Mira, ahí traen la comida. -dice Carlos.
-Aquí tienen su comida, señores. -dice amablemente el camarero poniendo la comida en la mesa.
-Muchas gracias. -le agradece Omar sonriente.
Carlos y Omar comen, hablan, ríen e incluso se sacan fotos con el capitán durante la cena. Después de unas horas en el restaurante, los dos se van a dar un paseo por el crucero. Cuando llegan a la zona de descanso del puente tres, los dos se sientan y se quedan callados uno o dos minutos. El silencio es interrumpido por Omar:
-Carlos.
-Dime. -responde Carlos.
Omar intenta hablar pero no puede. No le salen las palabras. Se queda paralizado.
-Omar, ¿te pasa algo? -pregunta preocupado Carlos.
-Nada, nada. Me he bloqueado, a saber por qué. Jajajaja. Bueno... Creo que es hora de que me vaya yendo. Me ha encantado pasar este rato contigo, que lo sepas. -se despide Omar.
-A mi también me ha encantado pasar este rato contigo, Omar. Pero... -dice Carlos.
-¿Pero qué? -pregunta Omar.
-¿Te vas a ir así sin más? -pregunta Carlos.
-¿A qué te refieres? -pregunta desconcertado Omar.
-Vamos, sabes perfectamente a que me refiero. -dice Carlos con una sonrisa pícara.
Acto seguido, Carlos mira a Omar a los ojos y le besa en la boca. Al terminar de besarlo, Carlos le dice:
-¿Sabes? Me encantas desde la primera vez que te vi.
-No me lo esperaba... -dice Omar algo extrañado.
-¿El qué no te esperabas? -pregunta Carlos.
-No sé... Ésto... -contesta confuso Omar.
-¿Qué quieres decir? ¿No te gustó el beso? -dice Carlos.
-Gustarme, sí me gustó. -responde Omar sonrojado.
-Jajaja. ¿Entonces? -dice Carlos.
-No sé, todo esto me resulta muy raro. Me voy a mi camarote, mañana ya hablamos y eso. -dice Omar despidiéndose de Carlos, al cual le da un beso de despedida.
-¿Lo ves? Ahora tienes ganas de más. ¿Te vienes a mi camarote? -dice Carlos con cara de pillo.
-¿Es una indirecta? -dice Omar con una sonrisa pícara.
-¿Quien sabe? -dice Carlos.
Omar se queda un momento callado, y dice:
-Bueno, me voy a mi camarote a "despejarme" un poco... Adiós, precioso. -dice Omar yéndose.
-Eso lo eres tú. Adiós, cielo. -dice Carlos mientras lo observa marchándose...
Mientras se iba alejando hacia su camarote, Omar recordó la frase que dijo Harry: "Ni que fuerais a ganar la lotería en esa cena.". Quizás Omar no había ganado la lotería en esa cena, pero sí ganó algo más importante que eso, el corazón de una persona.
-Pues vamos al camarote a arreglarnos que la cena es en unas dos horas. -dice Sandra.
Los dos llegan a su camarote, entran, se duchan, se visten y salen junto con África y Diego bien emperifollados rumbo al restaurante. Por el camino, cuando están en un pasillo del puente tres, se encuentran con Andrea, Celia y Harry.
-¿Vais a la cena de gala? -pregunta Omar.
-¿No nos ves? Jajajaja. Claro que vamos a ir. -dice Harry.
-Yo no sé porque, pero estoy nervioso. -comenta Diego.
-Y yo... -interviene Omar.
-Sinceramente, yo también. -añade Celia.
-No seáis bobos, ni que fuerais a ganar la lotería en esa cena. Sólo es una simple cena. -dice Harry.
-Espero que no me saquen muchas fotos, me he olvidado de ponerme la sombra de ojos... -dice Andrea.
-Que raro en ti preocuparte por eso Andrea. Jajajaja. -bromea Celia.
Cuando están apunto de llegar al restaurante, se encuentran con Carlos en uno de los bares-pasillo del puente tres. Omar se para y les dice a los demás:
-Chicos, ahora os alcanzo, que voy a saludar a una persona.
Mientras el grupo continúa su camino, Omar se sienta al lado de Carlos en la barra y le pregunta:
-¿Vas a la cena?
-Sí, aunque hay un problema... -contesta Carlos.
-¿Cuál? ¿Es algo grave? -pregunta Omar preocupado.
-No tengo a nadie que se siente conmigo en la mesa. No te importaría... -responde Carlos cuando es interrumpido por Omar:
-¿Quieres que me siente contigo?
-Si no te importa. -dice Carlos sonriente.
-No, no me importa. ¿Vamos al restaurante? -dice Omar.
Carlos asiente con la cabeza, los dos se levantan de la barra del bar y se dirigen al restaurante. En la entrada, Omar se encuentra con Sandra y le dice que se va a sentar con Carlos en la cena.
-¿Dónde es tu mesa? -le pregunta Omar a Carlos al entrar en el restaurante.
-Está un poco apartada del resto, espero que no te importe. -responde Carlos.
-Tengo cosas más importantes de las que preocuparme que de eso, Carlos. -dice Omar.
-¿Como cuáles? -pregunta Carlos con cara de preocupación.
Omar no le contestó, se limitó a mirarle a los ojos y a sonreír. Carlos le respondió con otra sonrisa. Cuando llegaron a la mesa, Carlos apartó una de las sillas para que Omar se sentara. Seguidamente, Carlos se sentó en la otra silla y comenzaron a hablar. Al rato llega un camarero, el cual les trae la carta para que elijan. Después de elegir y todo eso, siguen hablando.
-Bueno, te gusta la música, ¿verdad? -pregunta Carlos.
-Claro, ¿a quién no? -responde Omar.
-Ya, esa era una pregunta algo tonta. ¿Qué cantante es tu favorito? -dice Carlos.
-No sabría elegir, pero me gusta mucho Christina Aguilera. -contesta Omar.
-He escuchado algunas canciones de ella. Canta genial. -dice Carlos.
-Genial se le queda corto. ¿Qué sueles escuchar tú? -pregunta Omar.
-Green Day me encanta. ¿A ti te gustan? -dice Carlos.
-Si te digo la verdad, no me gustan mucho. Lo siento. Jajajaja. -dice Omar.
-¡Qué se le va a hacer! Jajaja. Mira, ahí traen la comida. -dice Carlos.
-Aquí tienen su comida, señores. -dice amablemente el camarero poniendo la comida en la mesa.
-Muchas gracias. -le agradece Omar sonriente.
Carlos y Omar comen, hablan, ríen e incluso se sacan fotos con el capitán durante la cena. Después de unas horas en el restaurante, los dos se van a dar un paseo por el crucero. Cuando llegan a la zona de descanso del puente tres, los dos se sientan y se quedan callados uno o dos minutos. El silencio es interrumpido por Omar:
-Carlos.
-Dime. -responde Carlos.
Omar intenta hablar pero no puede. No le salen las palabras. Se queda paralizado.
-Omar, ¿te pasa algo? -pregunta preocupado Carlos.
-Nada, nada. Me he bloqueado, a saber por qué. Jajajaja. Bueno... Creo que es hora de que me vaya yendo. Me ha encantado pasar este rato contigo, que lo sepas. -se despide Omar.
-A mi también me ha encantado pasar este rato contigo, Omar. Pero... -dice Carlos.
-¿Pero qué? -pregunta Omar.
-¿Te vas a ir así sin más? -pregunta Carlos.
-¿A qué te refieres? -pregunta desconcertado Omar.
-Vamos, sabes perfectamente a que me refiero. -dice Carlos con una sonrisa pícara.
Acto seguido, Carlos mira a Omar a los ojos y le besa en la boca. Al terminar de besarlo, Carlos le dice:
-¿Sabes? Me encantas desde la primera vez que te vi.
-No me lo esperaba... -dice Omar algo extrañado.
-¿El qué no te esperabas? -pregunta Carlos.
-No sé... Ésto... -contesta confuso Omar.
-¿Qué quieres decir? ¿No te gustó el beso? -dice Carlos.
-Gustarme, sí me gustó. -responde Omar sonrojado.
-Jajaja. ¿Entonces? -dice Carlos.
-No sé, todo esto me resulta muy raro. Me voy a mi camarote, mañana ya hablamos y eso. -dice Omar despidiéndose de Carlos, al cual le da un beso de despedida.
-¿Lo ves? Ahora tienes ganas de más. ¿Te vienes a mi camarote? -dice Carlos con cara de pillo.
-¿Es una indirecta? -dice Omar con una sonrisa pícara.
-¿Quien sabe? -dice Carlos.
Omar se queda un momento callado, y dice:
-Bueno, me voy a mi camarote a "despejarme" un poco... Adiós, precioso. -dice Omar yéndose.
-Eso lo eres tú. Adiós, cielo. -dice Carlos mientras lo observa marchándose...
Mientras se iba alejando hacia su camarote, Omar recordó la frase que dijo Harry: "Ni que fuerais a ganar la lotería en esa cena.". Quizás Omar no había ganado la lotería en esa cena, pero sí ganó algo más importante que eso, el corazón de una persona.
Joderrrr me encanta, que bonito! Se te da super bien escribir :)
ResponderEliminarMuchas gracias, enserio JAJAJA *-* me suena de haberte ''visto'' por ask
ResponderEliminarDe nada! Siiii, de hecho descubrí esto porque lo publicaste ayer por ahí, leí el capítulo y me gustó jajaj. A ver si tengo tiempo hoy y empiezo a leerlo desde el principio :)
ResponderEliminarVale ^^ espero que te guste :3
ResponderEliminar