jueves, 27 de diciembre de 2012

Capítulo Seis.

-¡Mamá he llegado! -dice África entrando en su casa después de venir del gimnasio.
-Hola hija. -le dice su padre mientras le da dos besos .
-¿Y mamá? -pregunta África.
-Salió a comprar una cosa que le hacía falta para la cena. -responde Eric.
-Ah vale. Me voy a mi cuarto. -dice África dirigiéndose hacia las escaleras.
-De acuerdo hija. -dice su padre mientras éste se va al salón.
Ya en su cuarto, África enciende su pórtatil y se tumba en la cama con él. Abre su carpeta de música y se pone a escuchar el último disco de David Guetta. Mientras lo escucha, abre su correo electrónico para comprobar si tiene algún mensaje, y, efectivamente, tiene uno. El mensaje es de Miguel, el chico que conoció en el gimnasio.
-¿Cómo cojones ha conseguido mi correo? Bueno, eso es lo de menos, voy a mirar a ver que dice en el mensaje... -piensa África.
"Hola África, una amiga tuya me ha dejado tu correo. He pensado en pedírselo para poder estar más en contacto. Espero que no te haya molestado. Besos.". Después de ver lo que pone el mensaje, África se siente algo extraña. No sabe si contestarle o no. Al final, la chica opta por apagar el ordenador y echarse una siesta hasta la hora de cenar, ya le contestará en otro momento. 
Mientras tanto Omar, Sandra y Chris, se dirigen hacia sus respectivas casas, hace ya unas horas que salieron de la cafetería.
-Chicos, aquí me quedo yo, que es mi casa. -dice sonriente Omar.
-Ja, ja, ja. Vale, adiós. -dicen Sandra y Chris.
Omar entra en su cuarto y se va hasta el salón, que es donde suele estar su padre.
-Hola, papá, ya he llegado. -dice Omar dándole dos besos a su padre.
-¿Qué tal os lo habéis pasado? -pregunta Eric.
-Genial, fuimos a comer a la cafetería donde trabaja Andrea. -contesta Omar.
-Me encanta esa cafetería, es muy acogedora. -comenta su padre.
-¿Y mamá? -pregunta Omar.
-En la cocina, colocando la compra. -responde su padre.
El chico se va hasta la cocina en busca de su madre Abigail. Ésta está en frente de la nevera colocando la compra. Omar se acerca por detrás, le tapa los ojos y dice:
-¿Quién soy? 
-Jajaja. Omar. ¿Qué tal? -dice su madre sonriente dándose la vuelta. 
-Genial, mamá. ¿Sabes dónde está Harry? -dice Omar.
-Está con Celia en su cuarto. Será mejor que no los molestes. Ya sabes... -dice Abigail con una mirada pícara.
-¡Ah, vale! Jajaja. ¿Y África? -pregunta Omar.
-Está durmiendo en su cuarto. La fui a saludar antes cuando vine del supermercado y me la encontré dormida como un tronco. -responde su madre mientras termina de colocar la compra en la nevera.
-Bueno, pues me voy a mi cuarto, adiós. -dice Omar saliendo de la cocina.
Cuando llega a su cuarto, saca su teléfono del bolsillo y llama a Diego. 
-¿Sí? -responde Diego al otro lado del teléfono.
-Diego, ¿te apetece venir a mi casa? -dice Omar.
-Bueno... Vale. En un rato estoy allí. -dice Diego poco convencido.
Omar cuelga y se vuelve a guardar el teléfono en el bolsillo. A los quince minutos, Diego llega y toca el timbre. Omar abre la puerta.
-¡Hola! -dice Diego efusivamente dándole un abrazo a Omar.
-¿Qué tal? Pasa, pasa. -dice Omar sonriente.
-Bien. Gracias. -dice Diego amablemente.
Omar le sonríe y le pregunta:
-¿Tú no estabas enfadado conmigo? No te lo digo en plan mal...
-Sí, pero ya se me pasó, fue una tontería. -responde Diego.
-Vale. Yo siento también empujarte y pasar de ti, pero estaba nervioso y preocupado por Chris. ¿Subimos a la habitación? -dice Omar.
-De acuerdo. Por cierto, tu hermano... Ya sabes... ¿Está en casa? -pregunta sonrojado Diego.
-Sí. Está en su habitación. -dice Omar.
-¿Puedo saludarle? -pregunta Diego nervioso.
-No, está con Celia. -dice Omar de forma cortante.
-Ah vale... -se resigna Diego.
Los dos suben a la habitación y se sientan en un sillón a hablar de sus cosas y a bromear. Después de un buen rato, Harry toca la puerta de la habitación, sin camisa y sin cortarse ni un pelo dice:
-Omar, ¿tienes condones? 
-Em... Hola y tal... -dice Omar estupefacto.
-Déjate de rollos. ¿Tienes o no? -pregunta de nuevo Harry.
-Creo que en el cajón de la mesa de noche habrá. -contesta Omar.
-Vale, gracias. Por cierto, hola Diego. -dice Harry.
-Ho... Hola... -tartamudea Diego al oirle y verle.
Harry coge los condones y se marcha de la habitación. 
-Me siento como una mierda... -dice Diego apunto de llorar.
-Vamos, igual no van a hacer lo que piensas... Igual van a inflarlos. -bromea Omar para intentar animar a Diego.
-Omar, déjate de tonterías que sabes perfectamente para que quieren condones dos adolescentes de dieciséis años. -dice Diego entre lágrimas.
-Celia tiene veinte. -sigue bromeando Omar.
-Omar, tío, déjate de gilipolleces ya... No sabes lo que me duele esto... -dice Diego llorando.
-Perdóname anda... Sé lo que duele, no te creas que a mi no me ha pasado, no soy de hierro. -empatiza Omar.
-Necesito un abrazo. -dice Diego como una indirecta mientras se seca las lágrimas.
-Ven aquí. -dice Omar mientras abraza a Diego.
Cuando el cálido abrazo termina, Diego se levanta del sillón y dice:
-Omar, me voy ya a mi casa, ¿vale? Cuídate mucho. 
-Adiós, Diego. Igualmente. -se despide Omar.
Diego sale de casa de Omar y emprende una rápida caminata hacia su casa. Está anocheciendo y no quiere que la noche le pille en la calle. 

domingo, 23 de diciembre de 2012

Capítulo Cinco.

Omar, Sandra y Chris, mientras caminan en busca de una cafetería en la que almorzar, se encuentran con la hermana de Omar, África.
-¡África! ¿Vas al gimnasio? -pregunta Omar.
-Sí, tengo entrenamiento de boxeo. ¿Vosotros a dónde vais? -dice África.
-Vamos a buscar alguna cafetería donde poder almorzar algo. ¿Sabes algún lugar bueno para ir? -responde Chris.
-Podéis ir a la Cafetería "Beyond The Stars" donde trabaja Andrea, la amiga de mi madre. -recomienda África.
-¿Es cerca de la zona del parlamento, verdad? -pregunta Sandra.
-Sí, ahí es. -responde África.
-Muchas gracias, adiós África. -dice Chris.
-¡Adiós chicos! -se despide África mientras se va alejando.
Los tres chicos, Omar, Sandra y Chris, se dirigen hacia la cafetería que África les recomendó. En el camino se encuentran con las hermanas Jepsen, Shara y Mariana.
-¡Chicos! -saludan efusivamente Shara y Mariana a los otros tres.
Al verse, todos se funden en un abrazo colectivo, y, al terminar, Omar pregunta:
-Hacía unos días que no os veía. ¿Qué tal os va la vida, chicas?
-Jajajaja. Genial, ¿y a vosotros? -dice Shara.
-Muy bien, sinceramente. -contesta Omar.
-Ahora mismo nos dirigíamos a almorzar algo en la Cafetería "Beyond The Stars". -añade Sandra.
-Nosotras íbamos a ir un rato al gimnasio. -dice Mariana.
-Mi hermana también iba a ir ahora al gimnasio para su clase de boxeo. -dice Omar.
-Igual nos la encontramos. -dice sonriente Mariana.
-Quizás. Bueno, nos vamos ya. Cuidaos. -se despide Shara.
-Igualmente. -dicen a la vez Omar y Chris mientras hacen un gesto de despedida con las manos y retoman su camino hacia la cafetería.
Al llegar a la cafetería, los tres amigos intentan buscar a Andrea entre la multitud. Después de un rato caminando por el restaurante, la encuentran y la llaman:
-¡Andrea! -dice Omar.
-¡Omar! -saluda Andrea mientras le da un cálido abrazo.
-¿Venís a comer? ¿Queréis mesa? -pregunta amablemente Andrea.
-Sí, sí. -responde Omar mientras asienta con la cabeza.
-Vale, seguidme que os enseño una buena mesa. -dice Andrea mientras les indica el camino a su mesa.
Cuando llegan a la mesa, los chicos se sientan y Andrea les da la carta de sándwiches. Pasados unos minutos, se deciden y le piden a Andrea la comida.
-En unos minutos, os lo traeré. -dice Andrea sonriente.
A los cinco minutos, llega Andrea con los sándwiches.
-¡Qué os aproveche, chicos! -exclama Andrea.
-¡Gracias! -dicen agradecidos los chicos.
-Por cierto, son diez libras, os he hecho un descuento por ser amigos. -dice Andrea.
-¡Qué amable! Muchas gracias. Aquí tienes. -dice Omar mientras le da el dinero en la mano a Andrea.
Mientras tanto, en el gimnasio, África se dirige al ring de boxeo después de salir de los vestuarios. Al llegar al ring ve a un chico que nunca ha visto antes y se dirige a él:
-Hola, ¿eres nuevo aquí? -dice África algo nerviosa.
-Sí, hoy es mi primer día. ¿Tú llevas más tiempo? -responde tímidamente el chico.
-Sí, llevo bastante tiempo aquí, no sé exactamente cuanto. ¿Cómo te llamas. -dice África cada vez más nerviosa, sin saber porque.
-Miguel. ¿Tú? -dice el chico.
-¿Qué? -pregunta África embobada.
-¿Cómo te llamas tú? -pregunta de nuevo Miguel.
-¿Yo? África. África Horan. -responde sonriente la chica.
-África. Precioso nombre. -comenta Miguel.
-Gra... Gracias... A mí también me gusta el tuyo... -dice sonrojada África.
-¿De dónde eres? -pregunta Miguel.
-Del barrio de Westminster. ¿Y tú?-dice tímidamente África.
-Yo soy del barrio de Lambeth. -contesta Miguel.
Después de esto, llega el monitor y comienza la clase. Cuando la clase termina, los dos chicos se van a sus respectivos vestuarios. Al terminar de cambiarse, se encuentran a la salida del gimnasio y se sientan en un banco cercano a éste para hablar.
-Me has caído muy bien, ¿lo sabías? -dice Miguel mirando a África a los ojos.
-Y tú a mí. -dice África sonriente apartando la mirada de Miguel.
-¡Qué manos más bonitas tienes! -dice Miguel cogiéndole las manos a África.
A la chica casi se la para el corazón cuando siente las manos de Miguel tocando las suyas. Apenas puede articular un simple "Gracias".
-¿Te pasa algo? -se preocupa Miguel.
-No, nada, nada. No te preocupes... -dice entrecortada África.
De repente, William aparece por la esquina y ve a Miguel y a África cogidos de la mano. William se queda petrificado. Cuando consigue reaccionar, William se da media vuelta y se va. África y Miguel, que no se han enterado absolutamente de nada, siguen cogidos de la mano hasta que África dice:
-Miguel... Me tengo que ir ya... 
-Vale... Otro día nos veremos. -dice Miguel algo triste.
África se va algo confusa a casa por lo que le ha pasado en el gimnasio. Por el camino, se encuentra con William. África le saluda, pero éste no le devuelve el saludo y hace como si no la viera. Esto es lo que hace a África sentirse más confusa y triste aún.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Capítulo Cuatro.

Apenas su reloj marcaba las diez de la mañana cuando Sandra iba caminando por el parque hacia la cancha de baloncesto de éste. Al llegar a la cancha, la chica divisa a un grupo de chicos echando unas canastas.
-¡CHICOS! ¿Hay sitio para una más? -dice Sandra efusivamente entrando en la cancha.
-Sandra, ¡qué raro verte a ti por aquí! -dice irónicamente el más alto de los chicos al ver a Sandra.
-Claro, claro, pasa. -le dice otro de los chicos a Sandra contestando su pregunta.
-Bueno, pues entonces, ¿echamos un partido? -propone Sandra animadamente.
-¡Por supuesto! -contestan algunos de los chicos a coro.
Sandra se remanga su camiseta, coge el balón y empieza a jugar. Pasados unos quince minutos, el teléfono de Sandra suena y, ésta, se para para cogerlo.
-¡Tiempo muerto! -avisa Sandra.
La joven descuelga el teléfono, es Omar.
-¿Omar? ¿Qué pasa? -dice Sandra preocupada.
-Nada en especial, sólo es que me acababa de levantar y quería quedar con alguien para tomar algo. ¿Te apetece? -responde Omar.
-Bueno, quizás más tarde, es que ahora estoy en mitad de un partido improvisado. -dice resignada Sandra.
-Vale, no pasa nada, otro día será. -dice positivamente Omar a la misma vez que cuelga.
Sandra se guarda el teléfono y continúa jugando con el resto de chicos.
Mientras tanto, Omar coge su teléfono dispuesto a llamar a alguien para quedar.
-¡Llamaré a Diego! Un momento... Creo que está enfadado conmigo... -piensa Omar.
-Bueno, no pasa nada... Llamaré a Sara. -dice Omar marcando el número de ésta.
-¿Si? -dice Sara al coger el teléfono.
-¡Sara! ¿Quieres quedar para tomar algo? -responde Omar.
-Lo siento cielo, no tengo ganas ahora mismo, estoy muy preocupado por Chris. No me coge el teléfono desde hace horas... -dice Sara muy triste.
Omar, que no se acordaba de Chris, cuelga el teléfono casi en shock.
-Es verdad... Chris... -dice Omar mientras se sienta en el borde de su cama.
Después de estar un rato con la mente en blanco, el chico vuelve a coger su teléfono y, ésta vez, llama a Shara.
-¿Quién es? -dice una voz dulce a través del teléfono.
-¿Shara? ¿Eres tú? -dice Omar algo extrañado.
-No, soy su hermana Mariana, Shara está estudiando. ¿Le dejo algún recado? -contesta la dulce voz.
-No, no hace falta, gracias de todas formas. -responde Omar.
El chico cuelga y piensa:
-A este paso, todos van a estar haciendo algo, será mejor que me vaya yo sólo.
Después de esto, coge su cartera y sale de su casa en dirección a la cafetería de su barrio. Al llegar a ésta, se encuentra con las hermanas West. Al principio, duda que sean ellas, pero, al acercarse comprueba si son ellas, y, efectivamente, lo son.
-Judith, Laura, ¿qué os trae por aquí? -saluda amablemente Omar.
-¡Omar! -dice Judith al verle.
-¿Qué tal todo? -pregunta Laura.
-Todo bien, ¿y vosotras? ¿Qué tal estáis? -dice Omar mientras se sienta en una de las sillas de la terraza.
-Las dos muy bien, la verdad. -responde Laura.
-Justo antes estuvo aquí Dana. -comenta Judith.
-La hermana de Chris y Helena. -añade Laura.
-¿Preguntaba por Chris? -pregunta Omar preocupado.
-No, ¿por qué lo dices? -dice Judith extrañada.
-No, no, por nada. Adiós, chicas, me voy. -dice Omar levantándose rápidamente.
-¡Cuídate! -dicen Laura y Judith a coro.
Omar, sale disparado hacia casa de Chris en busca de algo que ni siquiera el sabía. Tan sólo quería encontrar a Chris, fuera como fuera. Cuando llega a casa de Chris, toca al timbre. Le abre Dana y, ésta, le dice:
-Hola, Omar, ¿qué quieres?
-Dana, ¿sabes algo de tu hermano? -pregunta preocupado Omar.
-Sí, ¿por qué no iba a saber de él? Hace un rato se fue al parque. -responde Dana.
-Vale, gracias por la información. -dice Omar mientras sale corriendo hacia el parque.
Después de un buen rato corriendo, Omar llega al parque del barrio. Mientras, corre, se tropieza con Sandra, la cual va caminando con Chris.
-¡Omar! Ten más cuidado. -dice Sandra sobresaltada.
Omar intenta contestarle pero, al ver a Chris, se queda sin palabras.
-Chris, ¿eres tú de verdad? -dice Omar.
-¿Por qué no iba a ser yo? -dice Chris con un tono graciosillo.
-Ayer no le cogías el teléfono a nadie. -responde Omar.
-Se me perdió el móvil. Me lo habrá robado algún hijo de su madre. Por cierto, ¿sabías que el que me llamaba y me enviaba notas amenazantes resultó ser un bromista? Se lo hacía a más gente de la ciudad, pero la policía ya dio con él. -se disculpa Chris.
-Dios, nos tenías tan preocupados a Sara y a mí. Por cierto, ¿vas a verla ahora? -dice Omar.
-¿A Sara? Justo acabo de venir de su casa, ya le expliqué todo, está más tranquila. -contesta Chris.
-Me alegro muchísimo que no haya sido nada. ¿Vamos a almorzar algo por ahí? -propone Omar.
-Vale, ¿a dónde vamos? -pregunta Sandra.
-¿Qué más da? Paseemos y cuando encontremos alguna cafetería, paramos ahí. -dice Chris despreocupadamente.
-Me parece buena idea. -dice Omar sonriente.
Los tres chicos se van alejando poco a poco del parque. Omar, está feliz de volver a ver a Chris, y Sandra, en el fondo, también lo está.