domingo, 7 de abril de 2013

Capítulo Trece.

-Bueno Omar, dime, ¿algo nuevo que contar? -le dice Sandra a Omar mientras los dos caminan por los pasillos del puente tres en dirección al ascensor.
-Pues, no mucho, sólo que he conocido a un chico muy simpático en el Bar Chocolate. -contesta Omar sonriente.
-¡Qué bien! Jajajaja. Bueno, y... Ya sabes... ¿Es gay? -dice Sandra.
-Oye, que todos los tíos que conozco no son para ligarmelos. Jajajaja. La verdad, si te digo, te miento, no tengo la menos idea. A mi no me lo parece, aunque luego me invitó a pasarme por su camarote, y ya sabes como soy yo, que siempre le termine sonsacándole las cosas a la gente sin que se den cuenta. -le responde Omar a Sandra mientras los dos toman el ascensor.
-Eso es verdad. Yo creo que te deberían contratar en el FBI o algo por el estilo. -dice Sandra bromeando mientras pulsa el botón del puente seis del ascensor.
-Exageras mucho. Jajajaja. -dice Omar.
El ascensor se para y abre sus puertas, ya ha llegado al puente seis. Sandra le dice a Omar:
-¿Te bajas aquí o vas a dar una vuelta por algún lado a ver si ves a tu amado? 
-Muy graciosa, cielo. Me quedo en este piso contigo. Me tengo que arreglar para ir a la cena de gala. -le contesta Omar.
-Pues vamos al camarote a arreglarnos que la cena es en unas dos horas. -dice Sandra.
Los dos llegan a su camarote, entran, se duchan, se visten y salen junto con África y Diego bien emperifollados rumbo al restaurante. Por el camino, cuando están en un pasillo del puente tres, se encuentran con Andrea, Celia y Harry.
-¿Vais a la cena de gala? -pregunta Omar.
-¿No nos ves? Jajajaja. Claro que vamos a ir. -dice Harry.
-Yo no sé porque, pero estoy nervioso. -comenta Diego.
-Y yo... -interviene Omar.
-Sinceramente, yo también. -añade Celia.
-No seáis bobos, ni que fuerais a ganar la lotería en esa cena. Sólo es una simple cena. -dice Harry.
-Espero que no me saquen muchas fotos, me he olvidado de ponerme la sombra de ojos... -dice Andrea.
-Que raro en ti preocuparte por eso Andrea. Jajajaja. -bromea Celia.
Cuando están apunto de llegar al restaurante, se encuentran con Carlos en uno de los bares-pasillo del puente tres. Omar se para y les dice a los demás:
-Chicos, ahora os alcanzo, que voy a saludar a una persona.
Mientras el grupo continúa su camino, Omar se sienta al lado de Carlos en la barra y le pregunta:
-¿Vas a la cena?
-Sí, aunque hay un problema... -contesta Carlos.
-¿Cuál? ¿Es algo grave? -pregunta Omar preocupado.
-No tengo a nadie que se siente conmigo en la mesa. No te importaría... -responde Carlos cuando es interrumpido por Omar:
-¿Quieres que me siente contigo?
-Si no te importa. -dice Carlos sonriente.
-No, no me importa. ¿Vamos al restaurante? -dice Omar.
Carlos asiente con la cabeza, los dos se levantan de la barra del bar y se dirigen al restaurante. En la entrada, Omar se encuentra con Sandra y le dice que se va a sentar con Carlos en la cena.
-¿Dónde es tu mesa? -le pregunta Omar a Carlos al entrar en el restaurante.
-Está un poco apartada del resto, espero que no te importe. -responde Carlos.
-Tengo cosas más importantes de las que preocuparme que de eso, Carlos. -dice Omar.
-¿Como cuáles? -pregunta Carlos con cara de preocupación.
Omar no le contestó, se limitó a mirarle a los ojos y a sonreír. Carlos le respondió con otra sonrisa. Cuando llegaron a la mesa, Carlos apartó una de las sillas para que Omar se sentara. Seguidamente, Carlos se sentó en la otra silla y comenzaron a hablar. Al rato llega un camarero, el cual les trae la carta para que elijan. Después de elegir y todo eso, siguen hablando.
-Bueno, te gusta la música, ¿verdad? -pregunta Carlos.
-Claro, ¿a quién no? -responde Omar.
-Ya, esa era una pregunta algo tonta. ¿Qué cantante es tu favorito? -dice Carlos.
-No sabría elegir, pero me gusta mucho Christina Aguilera. -contesta Omar.
-He escuchado algunas canciones de ella. Canta genial. -dice Carlos.
-Genial se le queda corto. ¿Qué sueles escuchar tú? -pregunta Omar.
-Green Day me encanta. ¿A ti te gustan? -dice Carlos.
-Si te digo la verdad, no me gustan mucho. Lo siento. Jajajaja. -dice Omar.
-¡Qué se le va a hacer! Jajaja. Mira, ahí traen la comida. -dice Carlos.
-Aquí tienen su comida, señores. -dice amablemente el camarero poniendo la comida en la mesa.
-Muchas gracias. -le agradece Omar sonriente.
Carlos y Omar comen, hablan, ríen e incluso se sacan fotos con el capitán durante la cena. Después de unas horas en el restaurante, los dos se van a dar un paseo por el crucero. Cuando llegan a la zona de descanso del puente tres, los dos se sientan y se quedan callados uno o dos minutos. El silencio es interrumpido por Omar:
-Carlos.
-Dime. -responde Carlos.
Omar intenta hablar pero no puede. No le salen las palabras. Se queda paralizado.
-Omar, ¿te pasa algo? -pregunta preocupado Carlos.
-Nada, nada. Me he bloqueado, a saber por qué. Jajajaja. Bueno... Creo que es hora de que me vaya yendo. Me ha encantado pasar este rato contigo, que lo sepas. -se despide Omar.
-A mi también me ha encantado pasar este rato contigo, Omar. Pero... -dice Carlos.
-¿Pero qué? -pregunta Omar.
-¿Te vas a ir así sin más? -pregunta Carlos.
-¿A qué te refieres? -pregunta desconcertado Omar.
-Vamos, sabes perfectamente a que me refiero. -dice Carlos con una sonrisa pícara.
Acto seguido, Carlos mira a Omar a los ojos y le besa en la boca. Al terminar de besarlo, Carlos le dice:
-¿Sabes? Me encantas desde la primera vez que te vi.
-No me lo esperaba... -dice Omar algo extrañado.
-¿El qué no te esperabas? -pregunta Carlos.
-No sé... Ésto... -contesta confuso Omar.
-¿Qué quieres decir? ¿No te gustó el beso? -dice Carlos.
-Gustarme, sí me gustó. -responde Omar sonrojado.
-Jajaja. ¿Entonces? -dice Carlos.
-No sé, todo esto me resulta muy raro. Me voy a mi camarote, mañana ya hablamos y eso. -dice Omar despidiéndose de Carlos, al cual le da un beso de despedida.
-¿Lo ves? Ahora tienes ganas de más. ¿Te vienes a mi camarote? -dice Carlos con cara de pillo.
-¿Es una indirecta? -dice Omar con una sonrisa pícara.
-¿Quien sabe? -dice Carlos.
Omar se queda un momento callado, y dice:
-Bueno, me voy a mi camarote a "despejarme" un poco... Adiós, precioso. -dice Omar yéndose.
-Eso lo eres tú. Adiós, cielo. -dice Carlos mientras lo observa marchándose...
Mientras se iba alejando hacia su camarote, Omar recordó la frase que dijo Harry: "Ni que fuerais a ganar la lotería en esa cena.". Quizás Omar no había ganado la lotería en esa cena, pero sí ganó algo más importante que eso, el corazón de una persona.